En el corazón de Madrid, la casa de los artistas Armando Mesías y Natalia Swarz late con un espíritu creativo y familiar. Cada rincón refleja su sensibilidad y la forma en que han convertido el espacio en un refugio lleno de calma, luz y poesía cotidiana junto a su familia.
El dormitorio como refugio
En el dormitorio, las piezas dialogan con naturalidad, creando un espacio sereno donde todo parece respirar. El cabecero en bouclé Elenor envuelve el ambiente con suavidad, acompañado de la mesita de noche en acero Nolvia, práctica y ligera. La calidez de la lámpara de mesa Hilma se une al carácter artesanal del banco Mara, componiendo un escenario que invita al descanso.
La mesa como encuentro
La cocina se convierte en el escenario donde la vida fluye. La mesa de comedor Ginebra en color rojo vino aporta carácter, mientras que las sillas de comedor en madera de roble Manila acompañan con elegancia. Cada detalle, como la vajilla en gres Sillex, se integra en un ritual cotidiano que celebra la belleza del compartir.
La mesa como encuentro
La cocina se convierte en el escenario donde la vida fluye. La mesa de comedor Ginebra en color rojo vino aporta carácter, mientras que las sillas de comedor en madera de roble Manila acompañan con elegancia. Cada detalle, como la vajilla en gres Sillex, se integra en un ritual cotidiano que celebra la belleza del compartir.
El corazón del hogar
El comedor y el salón son un reflejo de la calidez familiar. El conjunto con sillón y puff en lino y algodón Grace se combina con la pureza escultórica de la lámpara de pie LED en hierro Valtyn y la sobriedad del estante de pared en acero Nolvia, creando un entorno que respira diseño y cotidianidad.
El corazón del hogar
El comedor y el salón son un reflejo de la calidez familiar. El conjunto con sillón y puff en lino y algodón Grace se combina con la pureza escultórica de la lámpara de pie LED en hierro Valtyn y la sobriedad del estante de pared en acero Nolvia, creando un entorno que respira diseño y cotidianidad.
En la casa de Armando y Natalia, lo personal y lo creativo conviven de manera natural. La familia marca el ritmo y el mobiliario acompaña cada momento, dando forma a un hogar real y lleno de significado. Con piezas que unen practicidad y estética, Sklum demuestra que el diseño es parte de la vida diaria: cercano, emocional y capaz de permanecer en la memoria.